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5 Claves para diseñar una gran etiqueta de vino

Introducción

El diseño de la etiqueta de un vino es una parte fundamental de su comercialización. Una etiqueta bien diseñada puede atraer la atención de los consumidores, transmitir la calidad del producto y reflejar la personalidad y la historia de la bodega. Por otro lado, una etiqueta mal diseñada o poco clara puede hacer que el vino pase desapercibido o incluso causar confusión en los consumidores.

Además de su impacto estético, las etiquetas de vino también deben cumplir con ciertas regulaciones y normativas, tanto en España como en otros países, para garantizar la protección de los consumidores y la transparencia en la información.

En este post, te daremos las claves para diseñar correctamente una etiqueta de vino para su comercialización en España, desde los elementos esenciales que debe incluir hasta las normas y regulaciones a tener en cuenta. Si eres una bodega o empresa relacionada con el vino, ¡sigue leyendo para mejorar la presentación de tus productos y captar la atención de tus clientes!

Etiqueta De Vino

Claves para diseñar una etiqueta de vino

En esta sección, puedes profundizar en las claves para diseñar una etiqueta de vino efectiva.

1. Identificar al público objetivo

Identificar al público objetivo es un paso crucial al diseñar una etiqueta de vino. Conocer a quién se dirige el producto permite ajustar el diseño y los elementos de la etiqueta para captar su atención y hacer que se sientan atraídos por el producto.

Por ejemplo, si el público objetivo son jóvenes consumidores que buscan vinos frescos y modernos, el diseño podría ser más atrevido, con colores llamativos y tipografías modernas. Si, por otro lado, el público objetivo son consumidores más tradicionales y conservadores, la etiqueta podría tener un diseño más clásico y sobrio, con una tipografía elegante y colores más sutiles.

Además del diseño, la información que se incluye en la etiqueta también puede variar según el público objetivo. Por ejemplo, si el público objetivo está interesado en conocer la historia y el proceso de producción del vino, se podría incluir información detallada sobre el viñedo y el proceso de elaboración. Si, por otro lado, el público objetivo está más interesado en el maridaje y las notas de cata, se podría destacar la información sobre los sabores y aromas del vino, así como sugerencias de maridaje con alimentos.

En resumen, identificar al público objetivo permite adaptar el diseño y la información de la etiqueta de vino para captar su atención y hacer que se sientan atraídos por el producto.

Ejemplo de etiqueta de vino enfocada a un perfil más jóven y un segmento más económico:

Hashtagwine

Ejemplo de etiqueta de vino enfocada a un perfil más tradicional o segmento más premium:

Sine-Fine Vino

2. Elegir los colores adecuados

La elección de los colores es un elemento crucial en el diseño de una etiqueta de vino, ya que puede influir en la percepción del consumidor sobre el producto y la marca. Los colores pueden transmitir diferentes emociones y asociaciones, por lo que es importante elegirlos cuidadosamente según el mensaje que se quiere transmitir.

Por ejemplo, el rojo puede transmitir pasión y energía, mientras que el verde puede asociarse con la naturaleza y la frescura. El dorado y el plateado pueden transmitir una sensación de elegancia y sofisticación, mientras que el negro puede ser utilizado para transmitir una sensación de lujo y exclusividad.

Además de la elección de los colores en sí mismos, es importante tener en cuenta la combinación y la armonía entre ellos. Es recomendable elegir una paleta de colores que sea coherente con la identidad de marca y que esté en armonía con el diseño general de la etiqueta.

También es importante tener en cuenta el contraste entre los colores y el fondo de la etiqueta. El contraste adecuado puede hacer que los elementos de la etiqueta destaquen y sean fácilmente legibles, mientras que un contraste pobre puede dificultar la legibilidad e incluso perjudicar la imagen de la marca.

En resumen, la elección de los colores es un elemento crucial en el diseño de una etiqueta de vino. Es importante elegir los colores adecuados según el mensaje que se quiere transmitir y la identidad de marca, y asegurarse de que haya armonía entre ellos y un contraste adecuado con el fondo de la etiqueta.

3. Incluir información relevante

La etiqueta de un vino debe incluir información relevante como el nombre del vino, la bodega, la región de origen, el año de cosecha, el tipo de uva y el porcentaje de alcohol. También es recomendable incluir alguna descripción sobre las características del vino, así como alguna indicación sobre cómo servirlo o maridarlo. Más adelante profundizamos en este información en el apartado legal.

4. Añadir elementos gráficos

Los elementos gráficos pueden hacer que una etiqueta destaque sobre las demás. En el diseño de la etiqueta, se pueden incluir imágenes, dibujos o ilustraciones que representen al vino o a la bodega. También es posible jugar con diferentes tipografías y estilos de letra para llamar la atención del comprador.

Etiqueta Monasterio De Tentudia

5. Cumplir con la normativa

Por último, es importante recordar que la etiqueta de un vino debe cumplir con la normativa vigente. En España, por ejemplo, existe una normativa que regula el contenido mínimo y obligatorio de la etiqueta de un vino. Es importante tener en cuenta estas normas para evitar problemas legales y garantizar que la etiqueta cumpla con todas las exigencias.

Tamaño mínimo de letra o tipografía en las etiquetas de vino

En España hay un tamaño mínimo de letra o tipografía (alto) establecido de 1,2 mm (Reglamento 1169/2011 sobre el etiquetado de los alimentos). Aunque debes tener en cuenta que la OCU este año 2023 ha solicitado a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) que trabaje con las autoridades europeas para aumentar el tamaño de la letra del etiquetado de los alimentos, de los actuales 1,2 milímetros a los 3,0. 

En una etiqueta de vino, aunque el mínimo legal sean 1,2 mm, consideramos que debería tener un mínimo de 1,4 – 1,6 mm. También es importante elegir una tipografía fácil de leer. A veces es difícil cuadrar toda la información en un espacio reducido como el que puede ser una etiqueta de vino pero es importante tener en cuenta unos mínimos legales para luego no tener problemas.

5.1. Identificación del Producto

La etiqueta debe incluir el nombre del producto, que debe estar claramente visible y legible. En el caso de los vinos con denominación de origen, también debe aparecer el nombre de la denominación de origen.

5.2. Identificación del Envasador

La etiqueta debe incluir el nombre o razón social del envasador, así como su dirección completa. Si el envasador no es el mismo que el productor, también debe incluirse el nombre y la dirección del productor.

5.3. Categoría y Volumen

La etiqueta debe indicar la categoría del vino (vino, vino de mesa, vino de aguja, etc.) y el volumen del envase (en mililitros).

La categoría del vino se puede indicar en la etiqueta de diferentes maneras, dependiendo del país y las normativas específicas. En España, por ejemplo, se utiliza la Denominación de Origen o la Indicación Geográfica Protegida para clasificar los vinos según su origen y características. En otros países, se pueden utilizar diferentes sistemas de clasificación, como la Appellation d’Origine Contrôlée en Francia o la Designación de Origen Controlada en Portugal.

Por otro lado, el volumen se indica generalmente en centilitros y se puede encontrar en la parte inferior de la etiqueta. Las botellas de vino suelen tener una capacidad estándar de 75cl, aunque también existen formatos más pequeños (como las botellas de 37,5cl o 50cl) o más grandes (como las botellas de 1,5 litros o magnums).

Es importante tener en cuenta que la categoría y el volumen pueden influir en la percepción del consumidor sobre el vino y su calidad. Una etiqueta que indique una categoría alta y un volumen grande puede transmitir la idea de que el vino es de alta calidad y está destinado a ocasiones especiales, mientras que una etiqueta que indique una categoría baja y un volumen pequeño puede sugerir un vino más modesto y adecuado para el consumo diario.

En resumen, la categoría y el volumen son elementos importantes a tener en cuenta al diseñar una etiqueta de vino, ya que pueden influir en la percepción del consumidor sobre la calidad y el uso del producto. Es importante conocer las normativas y sistemas de clasificación de cada país y adaptar la etiqueta en consecuencia.

5.4. Grado Alcohólico

La etiqueta debe indicar el porcentaje de alcohol del vino en volumen, expresado en grados.

5.5. Contenido Neto

La etiqueta debe indicar el contenido neto del envase en litros, expresado en mililitros.

5.6. Lote o Partida

La etiqueta debe incluir el número de lote o partida, que permite identificar el origen del producto y facilita su trazabilidad.

5.7. Fecha de Consumo Preferente

La etiqueta debe indicar la fecha de consumo preferente, es decir, el tiempo durante el cual el vino mantiene sus características organolépticas en condiciones normales de almacenamiento.

5.8. Información sobre Alérgenos

Si el vino contiene alguna sustancia o producto que pueda causar alergias o intolerancias alimentarias, debe incluirse esta información en la etiqueta.

5.9. Indicación geográfica protegida o denominación de origen

Si el vino tiene una indicación geográfica protegida o una denominación de origen, la etiqueta debe cumplir con las normas específicas de cada una de ellas en cuanto a información y diseño.

Es importante tener en cuenta que la normativa sobre etiquetado de vinos puede variar según el país o la región. Por tanto, es fundamental conocer la normativa vigente en cada caso para garantizar que la etiqueta cumple con todas las exigencias legales y evitar problemas en la comercialización del producto.

5.10. ¿Hay alguna regulación específica para el diseño de etiquetas de vino en otros países?

Sí, cada país tiene sus propias regulaciones y normativas específicas para la exportación e importación de productos, incluyendo los vinos. Algunos países pueden requerir información adicional en la etiqueta, como el país de origen del vino, el nombre y dirección del importador, o la información nutricional.

Por lo tanto, es importante que los productores y exportadores de vino conozcan las regulaciones de los países a los que quieren exportar sus productos y asegurarse de que la etiqueta cumpla con todas las exigencias legales. En algunos casos, puede ser necesario adaptar el diseño de la etiqueta para cumplir con las normas específicas de cada país.

Por ejemplo, en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) establece los requisitos de etiquetado de los vinos importados, que incluyen información sobre el contenido neto, la graduación alcohólica, la presencia de sulfitos y la identificación del país de origen, entre otros.

En la Unión Europea, los vinos importados deben cumplir con la legislación de la UE sobre etiquetado de alimentos, que establece la información obligatoria que debe incluirse en la etiqueta, como el nombre y dirección del fabricante o envasador, el contenido neto, el grado alcohólico y la lista de ingredientes o alérgenos.

En resumen, es importante que los productores de vino se informen sobre las regulaciones y normativas específicas de los países a los que quieren exportar sus productos para asegurarse de que la etiqueta cumpla con todas las exigencias legales y evitar problemas en la comercialización del producto.

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